Habría que saber de qué se trata la mujer en tanto «mujer hormonal de poder bello y trastornante», es decir, lo que yo denomino «Puta» o «Diosa Chingona que con la pura cola enamora» durante los espasmos en que (aparentemente) soñamos con tener-ser una pareja tipo «Mujer Mamá».
La referencia a la dominación es clara: La Mujer Mamá regaña y cuida, apapacha (a papá) cuando el papá somos nosotros (¡Papito el Pito!). Mujer que vemos como referencia Pop-Freudiana inmediata y que no habría por qué negar a nivel popular masivo. Querer una Mujer Mamá no es una perversión en el sentido de la culpa o del querer deshacernos de ese «ideal», sino todo lo contrario, investigar, en tanto Somos-Son (sabrosón) féminas y adultas, la intención emocional de tal acontecimiento.
Tal vez es la Fuerza de la Belleza con la que contemplamos la panocha. Tal vez es la capacidad de dar la cola misma y de entonces adquirir una «Personalidad de Carne» en una «Relación de Verdad» lo que guía el que la Mujer transforme su personalidad en «Te traigo agarrado de los huevos Cabrón; para tus amigos eres muy Padrote, pero para mí eres mi Hombre Niñita… ¿te quedó claro?»
¿Pero entonces donde queda el «Macho»?